martes, 13 de mayo de 2008

La rotonda de “la previa” de Alem: entre alcohol y picadas

Al 5700 de la avenida Peralta Ramos, se encuentra la rotonda sobre la que solía flamear una bandera argentina de 15 metros de largo. Una vista panorámica de la escollera Norte y la Base Naval, es lo que ofrece esta rotonda a solo metros de la calle Alem. Pero los fines de semana, la mencionada rotonda se vuelve un punto de encuentro para hacer “la previa” antes de ir a bailar. De día, la familia, las parejas y el mate de por medio. Por la noche, los adolescentes ebrios, las carreras ilegales entre los jóvenes y el alcohol.

“La previa” comienza cerca de las 12 de la noche, cuando algunos autos comienzan a llegar y estacionan para luego encender sus estéreos y destapar las primeras cervezas de la noche. Minutos después la música sube su volumen, la marihuana empieza a fumarse y las botellas comienzan a rodar por el asfalto. Es la señal para que dos, tres y hasta cuatro conductores (mayores o menores de edad), decidan correr una carrera a toda velocidad, a veces por dinero y otras por simple diversión. El humo de los neumáticos se mezcla con el de los escapes y los gritos de aliento no tardan en llegar.

Las picadas parecen tener ya un recorrido estipulado. Donde concluye la rotonda, Peralta Ramos tiene una pronunciada curva en bajada que la une con la Base Naval, donde se encuentra un semáforo. A veces la carrera comienza justamente en la bajada y concluye en el semáforo y otras veces, el mencionado semáforo es un simple punto medio y la picada finaliza cuando se regresa a esta misma rotonda. Los conductores generalmente bajo el efecto del alcohol, ascienden a sus motos o automóviles y la carrera comienza sin antes acelerar y hacer sonar los motores para intimidar al adversario.

Las apuestas son mínimas y van desde 20 a 50 pesos, aunque muchas veces se compite por más alcohol. Los jóvenes que no compiten, alientan a quienes lo hacen y apuestan también por el vehículo en mejores condiciones para ganar la picada. Cerca de las 2 de la mañana, los grupos se dispersan y los autos salen a toda marcha hacia Alem, donde con “la previa” ya realizada, solo resta entrar a los boliches para bailar, beber más y regresar a sus domicilios en condiciones que imposibilitarían manejar a cualquier conductor. Luego las famosas y polémicas irregularidades en los bares y veredas de Alem.

Los controles de alcoholemia se llevan a cabo, pero es imposible detectar a todos los conductores ebrios. Durante las picadas, la policía permanece ausente. Muchas veces cruza a los vehículos que superan los 130 km/h en las carreras, pero continúan en su camino y no toman medidas al respecto.

La cumbia, el alcohol, la marihuana y las picadas con o sin apuestas, es el tradicional escenario que esta rotonda ofrece cada fin de semana e incluso también durante la semana. ¿Dónde quedó la enorme bandera argentina que flameaba en este punto de la ciudad? Nadie sabe… ¿La policía desconoce estas picadas o no intenta tomar medidas al respecto? ¿Qué sucede con los reiterados accidentes por las picadas en esta zona? Todos parecen conocer la situación, pero nadie regula ni pone fin esta problemática. Jóvenes alcoholizados que corren carreras ilegales, apuestas clandestinas, venta ilegal de drogas y otras tantas infracciones… Y desde hace más de un año la situación se agrava y cada fin de semana aumenta el número de adolescentes en la rotonda. ¿Habrá que lamentar otra muerte por picadas para que se tomen medidas al respecto?