sábado, 29 de noviembre de 2008

Lo que la Davis nos dejó

Termió el sueño de muchos, se concretó el beneficio económico de unos pocos, y solo algunos creyeron la idea de que “Mar del Plata estuvo de fiesta”, durante el desenlace de la etapa final de la Copa Davis en la ciudad. Promocionado como el evento deportivo que revolucionaría a la actividad comercial local, y como el hito en la historia del tenis que le permitiría al equipo argentino levantar la ensaladera de plata valuada en un 1,5 millones de dólares, la revolución solo fue parte de la publicidad y sobre la cancha recientemente acondicionada, los españoles se llevaron la gloria absoluta.

¿Para destacar? Las reformas realizadas sobre el estadio Polideportivo, el sutil acondicionamiento que se le dio a la ciudad, el negocio redondo como una pelota de tenis realizado por quienes previo al resultado de los sets ya habían ganado el partido que nadie vió, y un párrafo escrito en la historia de ese deporte en la que Argentina se suma a la estadística que ya integraban la India y Rumania por haber perdido en las tres oportunidades en las que los equipos llegaron a la final de la Davis.

¿Para criticar? Los momentos que merecieron un “cortemos acá…” durante las conferencias de prensa en las que periodistas se enfrentaron a los tenistas, la ineludible falta de respeto del público hacia los deportistas durante reiterados momentos de los encuentros, la idea de promocionar a la actual gestión de la Provincia de Buenos Aires por sobre la realidad que presenta la ciudad, las expectativas no alcanzadas por los comerciantes locales, y los hechos delictivos ocurridos sobre el balneario “Las Toscas”, lugar en donde fue ubicada una pantalla gigante para disfrutar de un fin de semana a puro tenis.

La Copa Davis pasó inadvertida para el comercio marplatense

Las expectativas deportivas no fueron las únicas en quedar defraudadas tras el desarrollo de la última etapa la Copa Davis en Mar del Plata, sino que también los comerciantes locales debieron conformarse con el poco movimiento registrado durante el fin de semana, derrumbando así la ilusión de reforzar las ventas durante el desenlace de la final de tenis. Cafés, restaurantes y locales de ropa observaron el incremento de peatones sobre las zonas más populares de la ciudad, aunque para la mayoría, la Davis pasó inadvertida.

Durante los días previos al comienzo del espectáculo deportivo, varios negocios del centro maquillaron sus vidrieras con vistos anuncios que promocionaban descuentos, promociones y novedosos productos junto al logotipo de la Copa Davis con la esperanza de atraer al turista en busca de “merchandising” del encuentro de tenis. La variada oferta de gorros, remeras, camperas, pelotas, mochilas y banderas no logró condecirse con la demanda y pese a los descuentos del 10% en varios negocios para quienes presentaban la entrada oficial al Polideportivo, la mayoría de los artículos no quedó en manos de los visitantes sino envueltos en cajas para ser retornados a sus fabricantes.
“El movimiento de gente se notó, pero la venta no fue distinta a la del fin de semana anterior”, sostuvieron desde “Mistral”, marca que promocionó especial indumentaria para la ocasión. “Creíamos que se iba a vender más, pero la verdad estuvo demasiado tranquilo”, completaron desde “Soho”. “El viernes y el sábado estuvo muy calmado, recién hoy (domingo) remontó un poco, pero no se vendió lo que esperábamos”, explicó Mariana Garrido, encargada de “Genoa”, quien a su vez agregó: “Acá en el centro se ve pasar mucha gente, pero el público de la Copa Davis acá no lo vimos”. La experiencia atravesada por comercios abocados a la venta exclusiva de ropa deportiva no distó demasiado a la vivida por el resto de los negocios. Al respecto, una de las encargadas de “Open Sport”, Celeste Sosa, aseguró que el movimiento registrado durante el fin de semana no alcanzó las expectativas que se tenían. “Tenemos un 10% de descuento para quienes tienen la entrada, están las camperas y remeras del equipo argentino en buen precio, pero no trabajamos como esperábamos”, expresó. “Estuvo bastante floja la actividad durante estos días, creíamos que iba a ser mejor. Esperábamos otra cosa”, completaron desde “Rossi & Rossi”.

Las tardes soleadas acompañaron a los tres días que vivió Mar del Plata a puro tenis, aunque las mesas ubicadas fuera de los cafés céntricos no se encontraban ocupadas en su totalidad, sino que bastaba con las dispuestas en el interior de cada local. La disconformidad por un fin de semana de “regular” para algunos y “malo” para otros, fue compartida por el personal de “La Fonte D’Oro”, “La Casona” y “Havanna”, así como por varias pizzerías del centro marplatense.
La pasión por el buen tenis parece haber renacido tanto en el público local como entre los turistas que se acercaron a la ciudad. No obstante, otro de los insatisfechos por la baja actividad comercial fue “Tenis Shop”, local de amplia trayectoria en la ciudad en venta de artículos deportivos para ese deporte. “Las ventas se mantuvieron en el mismo nivel de siempre. No nos vimos beneficiados por la Davis”, manifestó uno de los empleados del comercio.
"Mar del Plata está de fiesta", pero solo unos pocos tuvieron entrada
La promoción de una ciudad que “está de fiesta” sólo se vivió en el interior del estadio recientemente acondicionado, sentimiento que se derrumbó finalmente con la victoria del equipo español. Grandes eran las expectativas, insuficiente resultó el saldo que dejó el evento deportivo, reducido es el número de beneficiados e inconmensurable la decepción de los comerciantes que en la fiesta de unos pocos, nadie los dejó bailar.

Finalmente la fiesta. El gran encuentro entre organizadores, deportistas, funcionarios y empresarios que como no podía haber sido de otro modo se desarrolló en las instalaciones del Hotel Provincial, delante del vallado de madera instalado sobre la Playa Bristol para privatizar la arena de la Playa Popular, aunque de ese tema ya se ocupan los concejales marplatenses que condenaron la actitud obsecuente del intendente Gustavo Pulti.
Glamour, saco y corbata, canapés y vino español en una cena desarrollada en el establecimiento que hoy es propiedad del hombre que movió las palancas y voluntades ortopédicas necesarias para traer la Davis a la ciudad y promocionar a su gran arsenal hotelero para hospedar a turistas argentinos y españoles durante el fin de semana: Florencio Aldrey Iglesas. Una vez más, el español que contento por el triunfo y el prolijo negocio realizado -“que pareazca un accidente”- estrechó su copa junto a la del entrenador Alberto Mancini, al presidente de la Federación Internacional de Tenis (ITF), Francesco Ricci Bitti, el vicepresidente de la Asociación Argentina de Tenis (AAT), Arturo y Grimaldi y demás colegas y autoridades gubernamentales.

Terminó la final, ganó España y “la feliz” se prepara para el verano: con la histórica playa de la clase media y baja argentina, la concesión millonaria de los principales hoteles locales y el poder sobre los medios de comunicación, el turismo ya parecería tener un nuevo padrino en Mar del Plata. Nuevamente…a buen entendedor, pocas palabras.