domingo, 23 de marzo de 2008

Semana Santa: Imposible disfrutar

Un nuevo fin de semana para disfrutar en familia, que tradicionalmente trae problemas cada año. Cuando Semana Santa se aproxima, centenares de familias planean un viaje de placer para escapar del trabajo y lo cotidiano. Pero quienes escaparon de Buenos Aires para intentar disfrutar de unos días en Mar del Plata o en distintos puntos turísticos, chocaron con innumerables obstáculos que impidieron disfrutar de unas mini vacaciones.

Con las estaciones de micro fuera de control, repletas de personas que anhelaban viajar, los problemas no tardaron en llegar. Para salir de Buenos Aires, Panamerica, General Paz y posteriormente Ruta 2 se habían convertido en un caos total. Llegaron los primeros accidentes por excesos de velocidad, fallas mecánicas, inadecuado descanso de los choferes y el mal tiempo, daban inicio a un fin de semana largo y trágico.

Pero surgiría un pequeño problema en las rutas de todo el país. Miles de trabajadores del campo habían decidido cortar el camino, obstruyendo el paso de los turistas y viajantes, para protestar por la situación económica que el sector rural se encuentra atravesando. Con las maquinarias sobre la ruta y las camionetas 4x4 cortando la calle, comenzó un nuevo caos entre quienes protestaban y quienes pretendían pasar para llegar al destino turístico. Insultos, atropellos, opiniones encontradas y mucha intolerancia fue lo que aumentó la temperatura sobre el asfalto. Trabajadores de un sector de alta retribución económica con una actual nefasta relación con el gobierno de turno, eran instigados por familias de todas las clases económicas que intentaban llegar a Mar del Plata y al resto de los puntos turísticos de la costa.

Una vez atravesada la barrera, los recién llegados comenzarían a luchar con los precios de los alquileres por fines de semana y con la inundación en Mar del Plata del día miércoles donde tras 30 minutos de lluvia, distintos puntos de la ciudad quedaron totalmente anegados.

Tras la tensión y el posterior intento de relajación al comprender que ya estaban de vacaciones, era hora de hacer las compras. Durante el jueves y viernes, a pesar de los altísimos precios que hace semanas vienen subiendo, la situación era medianamente normal. Pero rápidamente comenzaría a notarse la falta de trabajadores en el campo y el posterior impedimento de la llegada de camiones de este sector a las ciudades. Sancor no pudo abastecer a todo Mar del Plata y La Serenísima escatimó notablemente en la cantidad de leche entregada con el aparente rumor que se refería a que durante la próxima semana faltará leche y productos lácteos con mayor intensidad. La carne sufrió un aumento y solo tres grandes frigoríficos de Mar del Plata controlaron los precios y la cantidad de mercadería entregada, donde también se apreció la falta de carne en los supermercados.

Con un viernes santo no tan santo en el que muchos no comen carne, los moluscos habían sufrido las consecuencias de la marea roja y un fuerte aumento había tenido el valor del pescado como suele acontecer para esta época. Ciertas verduras comenzaron a faltar en los comercios, los pollos aumentaron su valor y eran entregados en menores cantidades, la carne fue totalmente insuficiente y el aceite casi un fantasma en las góndolas. ¿Y ahora que comemos? ¿Huevos? Principalmente había huevos de chocolate, porque los huevos fueron otros de los productos que tras el paro en el campo, comenzaron a faltar, con un posterior aumento en su costo.

Quienes intentaron evadir problemas y permanecer en Buenos Aires, debieron afrontar una fuerte tormenta con caída de granizo que derribó árboles y anegó las calles, dificultando un simple fin de semana largo. Es decir que ni en casa, ni de vacaciones, el fin de semana pudo desarrollarse en paz y tranquilidad.

Semana Santa se convirtió en un caos por completo. Precios descontrolados, desabastecimiento de productos, el campo de paro, las rutas nacionales cortadas en varias provincias del país, el mal clima, el valor de los alquileres y la cantidad de accidentes en las calles con muertos y heridos en varias ciudades (sin contar los robos, el precio del dólar, la inseguridad y la ineficiente seguridad – ver "Controles Policiales Descontrolados: punto y coima" – en toda la provincia), fue el nefasto paisaje que la “Semana Santa” nos dejó. Atrás quedó el disfrutar en familia, el hecho de degustar varios exquisitos huevos y roscas de pascua y la paz que debería trasmitir un tradicional fin de semana largo en todo el país. Más largo que de costumbre ya que el lunes es feriado (aunque muchos desconocen el aniversario del golpe militar de 1976) y los turistas podrían disfrutar por completo de los atractivos de Mar del Plata, con un clima estable y despejado durante los días de descanso.

El conflicto en el campo no parece tener pronta solución y continuará el desabastecimiento mientras el gobierno no otorgue una respuesta convincente. El estrés debía disolverse durante el fin de semana largo, pero claramente la situación produjo que sucediese lo contrario. Sin ganas de quedarse, sin ganas de volver… los miles de turistas emprenderán este lunes el regreso a casa, donde deberán atravesar nuevamente la pared de camionetas 4x4 de los “manifestantes” que no toleran más la situación. ¿Está bien que el campo proteste de esta manera? La libertad de expresión y acción termina donde se choca con la libertad de los demás. De esta manera es imposible convivir, es dificultoso vivir y los intereses heterogéneos no son oídos pues los reclamos no están bien direccionados. ¿Cuántas familias trabajadoras pudieron disfrutar de la tranquilidad de Semana Santa? El año recién comienza, las modas van cambiando, y las problemáticas sociales… exactamente las mismas.

Carentes explicaciones, negligente es el accionar y el caos económico fuera de control. Es el dilema del poder, los intereses por los recursos, el exceso de ignorancia en la falta de conocimiento, y la ausencia de cordura en la locura más ética… de la cultura más corrompida.