domingo, 27 de julio de 2008

La Mar del Plata que queremos… y la que realmente es

Una ciudad balnearia con más de 700.000 habitantes, con distintas industrias activas, masiva oferta académica, variados escenarios y un intenso afluente de turistas en verano. Problemas sociales, políticos y económicos como en toda gran ciudad del país y un rótulo que quizá no sea el más indicado: ¿Es Mar del Plata una ciudad turística?

Desde la fundación de la ciudad en 1874 , y años después con la creación de la ruta 2 que la conecta con Buenos Aires, Mar del Plata se caracterizó primero por el gran saladero, pero luego por la recepción de turistas de todo el país que venían a disfrutar de la arena, el mar y los escenarios locales. Con el auge del puerto y el crecimiento de la industria pesquera, para muchos la feliz se ha convertido en una ciudad portuaria y en todo caso industrial tras el crecimiento de las fábricas textiles del municipio (al menos hasta la llegada de Carlos Menem al gobierno).

A 404 km de Buenos Aires, Mar del Plata es uno de los principales puntos turísticos del país y a pesar del desempleo, la falta de una política ambiental y los problemas que presenta, los marplatenses y los visitantes adoran a la ciudad. Pero si realmente fuese una ciudad turística, por el arribo de más de un millón de turistas en temporada alta ¿No debería existir un aeropuerto acorde a la magnitud de la ciudad? ¿Acaso la actual estación de trenes y la terminal de ómnibus no deberían estar en condiciones muy diferentes? ¿Qué atractivos turísticos tiene Mar del Plata fuera del verano? ¿Podría ser en realidad una ciudad estudiantil o universitaria?

Un micro que sale de la Terminal, debe doblar sobre la calle Alberti, girar a veces por Güemes y otras por Sarmiento para llegar a Juan B. Justo, atravesando todo el barrio Los Troncos y al fin llegar a la avenida Champagnat para luego arribar a la ruta 2. Es decir que tanto para entrar al municipio como para salir, los micros demoran más de media hora por la inapropiada ubicación de la Terminal. En la mayoría de las ciudades turísticas, este tipo de estaciones se encuentra cerca de la salida de la ciudad o al menos con un camino directo hacia la ruta que conecta con el destino de cada viaje. Por otro lado, la estación de trenes de Luro y San Juan, se encuentra en condiciones deplorables y la polémica Ferroautomotora, se demora años en llegar.

El aeropuerto de Camet, presenta menos de cinco vuelos por semana y su infraestructura no es la apropiada para un destino turístico como Mar del Plata. Los colectivos y el sistema de tarjetas, es en principio desconocido por los turistas que llegan a la ciudad y la falta de monedas no mejora la situación (ver Transporte público: monederas NO... aumento SI). Quizá la implementación de pasajes de fin de semana en el trasporte público o los boletos turísticos, como sucede en Europa, optimizarían el servicio, pero lejos estamos del viejo continente y sus métodos de organización social.

Durante el verano, la llegada de turistas es constante y el dinero entrante es la principal fuente de ingreso para muchos comerciantes durante la temporada. Pero ¿qué sucede durante el invierno? Si Mar del Plata fuese una verdadera ciudad turística ¿No debería ofrecer alternativas diferentes para el turista que decide visitar la ciudad en la temporada invernal? ¿Tan solo la playa atrae la atención de nuestros visitantes? Claro que las funciones de teatro se intensifican, se presentan más películas y algunos shows, pero quien pretenda pasar sus vacaciones de invierno o sus fines de semana largos dentro de un cine puede permanecer en su región en lugar de viajar a Mar del Plata. Paseos turísticos de todo el año, mejor atención al turista, alternativas innovadoras, festivales, promoción de eventos deportivos y culturales y propuestas diferentes serían el primer paso para rotular a nuestra querida ciudad como turística durante los doce meses.

Por otro lado, la ciudad presenta una importante y creciente oferta académica. Estudiantes de toda la costa y el resto de la provincia deciden instalarse en Mar del Plata para cursar una carrera durante 4 o 5 años y muchos una vez recibidos permanecen en el municipio. Es decir que la universidad pública y las privadas, constituyen una importante fuente de ingreso para Mar del Plata, pues los estudiantes alquilan o compran departamentos y gastan dinero como cualquier otro marplatense. ¿Es entonces una ciudad turística o tal vez universitaria?

Más de una docena de institutos de formación terciaria y las distintas facultades abiertas durante más de 9 meses, hacen que jóvenes y adultos lleguen a la ciudad, se instalen, consuman y se integren a la vida diaria de los marplatenses. ¿Lo que gasta un turista de verano durante un fin de semana o una quincena en Mar del Plata es proporcional a lo que invierte un estudiante durante los 4 o 5 años (mínimos) de su carrera? Claro que muchos turistas visitan la ciudad durante algunos fines de semana del resto del año, pero eso sucede en cualquier otro tipo de pueblo o ciudad.

Tal vez a la ciudad no pueda adjudicársele un único rótulo y quizá Mar del Plata sea una ciudad industrial, pesquera, turística y universitaria, pero lo que define y rotula a cualquier municipio, es su principal fuente de ingresos anuales y justamente es el tema a debatir.

Muchos queremos que Mar del Plata sea una ciudad turística pero tal vez no lo sea verdaderamente. Sin lugar a dudas el turismo es una fuente primordial de ingresos para el municipio, pero también lo es la oferta académica, que se percibe en menor proporción ante la masiva llegada de turistas en verano. ¿Qué Mar del Plata queremos realmente? ¿Qué tipo de ciudad somos? ¿A dónde se dirige nuestro municipio? ¿Qué deberíamos cambiarle a una Mar del Plata que intentamos rotular? La inversión es insuficiente de tomas maneras, las propuestas son escasas, los debates casi nulos y después de 134 años de historia marplatense, continuamos buscando y formando nuestra identidad aún desconocida.